YO Y MI JOSÉ ... Y en este corto tiempo ya conocemos lo que es la inmensa alegría de ser padres... y el increíble dolor de temer por la vida de un hijo.
José nació a las 12,55 horas del viernes 27 de noviembre, pesó 1980 gramos y midió 49 cm, casi un hombrecito!!!! Os envío una foto de él hace un momento, durmiendo como un ángel en su cuna. Estuvo 5 días en la incubadora, pero enseguida supimos que era un niño muy fuerte, pues come muy muy bien! De hecho apenas tengo descanso entre darle el pecho y el biberón. Aparte de darle de comer y cambiarle el a pañal se pasa el tiempo durmiendo como un bendito, sólo protesta cuando tiene hambre.
Nuestra Vera nació a las 12,58 horas, pesó 1500 gramos y medió 42 cm. Igual que José, es un bebé precioso (amor de padres, claro). Pero nuestro destino ha querido que nazca con un grave problema de corazón, que requiere operarla lo antes posible. De hecho con apenas un día de vida la trasladaron de urgencia al Hospital Materno-Infantil de Málaga. Allí permaneció unos días y el cardiólogo nos informó de que tenía muy poco peso para poder operarla, pues no resistiría la anestesia. Así que ahora está ingresada en el hospital más cercano a casa, le han puesto una medicación para su corazón y se trata de que engorde lo máximo posible para meterla en quirófano con las mayores posibilidades de éxito. Hasta hoy ha engordado 150 gramos, lo que no está mal teniendo en cuenta que no se alimenta por boca, sino por sonda y por vía, con muy poquita cantidad de alimento, que aumentan cada día para comprobar que le sienta bien. El médico nos transmite en todo momento tranquilidad (hasta ahora la evolución es buena), pero también realismo, en tanto que en cualquier momento la situación puede complicarse, de modo que haya que operarla de urgencia, independientemente del peso que tenga.
Ante esta situación, el papi y yo intentamos estar serenos, tras haber pasado unos primeros 2-3 días tras el nacimiento de los bebés muy duros, sin duda los más duros que hayamos vivido hasta ahora. Pero, por otra parte, sabemos que tenemos que ser fuertes por nuestro José, al que hay que atender como se merece, y por nuestra Vera, que también es una niña muy muy fuerte, y que ESTAMOS SEGUROS va a salir adelante, con ayuda de Dios, de nuestra fe y de la de todos los que nos quieren y la quieren.
Desde aquí quiero agradecer a todos las inmensas muestras de cariño y apoyo recibidas y os pedimos que sigáis ahí, pues la salud de nuestra Vera es sin duda una cuestión de paciencia y tiempo. El médico nos dice, y así es como nosotros lo vivimos, que hay que vivir el día a día de nuestra Vera, estar contentos cuando todo va bien y aprender a no desesperarse cuando algo va mal o no tan bien como nos gustaría.
Una vez más INFINITAS GRACIAS por estar ahí y seguid rezando por la salud de nuestros niños.
Un abrazo con todo nuestro cariño desde el fondo de nuestro corazón.